Perspectivas
Vuelta a la realidad
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Global Fixed Income Bulletin
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septiembre 22, 2022
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septiembre 22, 2022
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Vuelta a la realidad |
Los buenos tiempos no duraron demasiado. Agosto puso fin al periodo veraniego con el sueño de unos mercados alcistas. Tras recuperaciones sólidas en julio, los mercados de bonos volvieron a ceder en agosto, lo cual generó rentabilidades negativas. Las tires, los diferenciales y la renta variable no han vuelto —al menos, por el momento— a su punto más bajo de junio. El optimismo por la posibilidad de que la economía se ralentice de manera suave se ha visto seriamente comprometido. El índice S&P 500 ha asistido a ventas masivas superiores al 8% desde el 16 de agosto, mientras que los diferenciales de los activos estadounidenses de altas tires se han ampliado en 75 puntos básicos (pb). Los factores responsables de esta situación son los precios de la energía en Europa, la solidez del mercado laboral en Estados Unidos, con una economía en pleno rebote —en comparación con el primer semestre del año—, y la recuperada credibilidad de unos bancos centrales preparados para aplicar medidas restrictivas. Esta situación ha llevado a una convicción cada vez mayor entre los inversores de que los mercados tendrán que luchar con una inflación subyacente persistente (si no una inflación general duradera más allá de Estados Unidos), unos mercados de trabajo tensionados, en especial, en Estados Unidos, el riesgo de que los salarios entren en una espiral de precios y unos bancos centrales irascibles para el futuro próximo.
Si había alguna duda de que los bancos centrales priorizaban la lucha contra la inflación frente al crecimiento, se despejaron en agosto. En el discurso que pronunció en Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, expuso de forma clara la intención de la FED de tomar las medidas que sean necesarias para devolver la inflación al objetivo sin mayores demoras, incluso a costa de una recesión. Las observaciones restrictivas del Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra también dejaron claro que podría esperarse un endurecimiento de la política agresiva de ambas instituciones para los próximos meses. La política monetaria global será más restrictiva y así permanecerá hasta que se cumpla la misión. El pensamiento del "giro del mercado" de este verano ha pasado a mejor vida, cediéndole el testigo a un cambio hacia las posturas de los bancos centrales. La montaña rusa continúa.
El resultado final: A final de mes, se había materializado el pequeño mercado bajista de bonos y acciones que había comenzado a mediados de agosto, así como otra evolución alcista del dólar estadounidense. Las rentabilidades de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años subieron más de 50 pb y las de sus homólogos franceses, ¡casi 80 pb! Cabe destacar que el auge de las tires se debió a un alza de las rentabilidades reales, lo cual sugiere que las culpables fueron las expectativas de una política monetaria más agresiva. De hecho, el aumento de las rentabilidades reales este año no ha sido precisamente alto. Las rentabilidades estadounidenses reales a 10 años se han incrementado aproximadamente 200 pb. Normalmente, las expectativas de inflación y las fluctuaciones de las primas de riesgo generan la mayor parte de la volatilidad de las rentabilidades nominales, No este año. Las expectativas de inflación se encuentran enormemente bien ancladas, teniendo en cuenta el incremento inflación que se ha producido. El auge del dólar estadounidense es más complejo, pues ha pesado el desplome íntegro de los superávits por cuenta corriente de Europa y Asia y de manera conjunta con los aumentos de los flujos de capital.
¿Qué depara el futuro? Lo más probable es que haya gran volatilidad, pero quizá con colas más cortas. Los bancos centrales han renunciado a las orientaciones para pasar a ser observadores de los datos, como el resto de nosotros. Consideramos que la inflación general caerá en Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo, pero probablemente no en Europa. La economía global se está ralentizando, mientras los bancos centrales continúan aplicando sus medidas agresivas. La buena noticia es que los mercados han abrazado —o, quizá mejor dicho, aceptado de forma reticente— las orientaciones de los bancos centrales sobre la necesidad de aplicar políticas monetarias restrictivas, lo cual implica menos ajustes al alza, menos frecuentes y más reducidos. Además, creemos que la inflación descenderá significativamente el próximo año —Europa sigue siendo el comodín—, con un crecimiento quizá por debajo de la tendencia y unos mercados de trabajo suavizados. ¿Podríamos atrevernos a soñar que simplemente podría darse una ralentización económica suave (a partir de este momento)?
Perspectivas para la renta fija
Agosto terminó con la idea de que era inminente una ralentización suave de la economía y de los mercados financieros. Esto no significa que no se vaya a producir, solo que creemos que no será este año ni probablemente en el primer trimestre de 2023. Los desequilibrios de las economías siguen siendo demasiado abultados como para dar por suprimidos los obstáculos. La probabilidad de que se produzca una recesión en los próximos 12 meses no haya sido más alta este año, dado el nivel y la posible persistencia de la inflación y el potencial —destacamos la palabra "potencial"— de que los bancos centrales tengan que subir los tipos más de lo que se espera en este momento.
Aunque la economía estadounidense está experimentando un alza este trimestre, la perspectiva para el resto de las economías no productoras de energía parece negativa. Los índices de directores de compras del sector manufacturero global ya se encuentran en terreno recesivo. Las economías asiáticas están registrando una notable ralentización en los pedidos destinados a exportaciones. El avance al alza de China ha sido menor del previsto y ha terminado mucho antes de lo esperado lastrado por los confinamientos decretados por la COVID-19, las turbulencias en el sector inmobiliario, la sequía, la debilidad de la economía global —en especial, la europea— y una respuesta vía política apagada. Aunque los datos reales de Europa han aguantado sorprendentemente bien, la factura anual de gas natural de Alemania subirá un 6% del producto interior bruto (PIB) en 20221, lo cual supone un inmenso impuesto para la economía antes de que se tenga en cuenta un posible racionamiento. Es probable que su resiliencia a este embate se desvanezca en los próximos meses, dando paso a una recesión indiscutible para el cuarto trimestre. Sin embargo, el alza sin precedentes de los precios de la energía posiblemente conllevará un aumento continuado de la inflación en los próximos meses, a diferencia de la ralentización que se está produciendo en Estados Unidos. Dado que es improbable que Europa atienda las exigencias de Rusia, no atisbamos el fin a los efectos de estas perturbaciones.
En Estados Unidos, la resiliencia de los datos económicos contrasta con la debilidad en otras regiones. El mercado laboral se encuentra sólido y se prevé que el crecimiento del PIB, atendiendo al modelo de previsión de la Reserva Federal de Atlanta, crezca más de un 2,5% en términos anualizados. Los precios de los bienes al fin están cayendo dado que mejoran las cadenas de suministro y la demanda se reduce. Cabe destacar: los precios de la gasolina están cayendo sustancialmente, Los efectos podrían estar subestimándose. La confianza de los consumidores ha repuntado al abaratarse los combustibles, la renta real parece evolucionar mejor y el consumo podría rebotar adecuadamente de cara a las vacaciones. Aunque es probable que el abaratamiento de la gasolina —y quizá de los vehículos usados— se traduzca en una inflación general más baja como en julio, la tarea de la Reserva Federal de reducir la inflación subyacente podría verse dificultada si los hogares recuperan sus hábitos de gasto, en particular, en servicios. Dada esta situación, ¿resulta sorprendente que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, lanzara un mensaje tan agresivo en Jackson Hole? De hecho, esto es lo que ha sucedido en septiembre El Banco de la Reserva de Australia subió los tipos en 50 pb; el Banco de Canadá, en 75 pb; el Banco Central de Chile, en 100 pb; y el de Polonia, en 25 pb. A finales de septiembre, la Reserva Federal y el BCE anunciaron que subirán los tipos en 50 pb o 75 pb. En realidad, no importa la cantidad que elijan, pues menos ahora significa más en el futuro.
La buena noticia es que las tires y los diferenciales de crédito son considerablemente más razonables que hace un mes. El 1 de agosto, las rentabilidades de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años eran del 2,58%, Un nivel demasiado bajo que era unos 100 pb inferior a su máximo de junio. En este momento, las rentabilidades a 10 años han regresado al entorno del 3,25%, lo cual parece razonable. ¿Podríamos volver a asistir a los máximos de junio, del 3,5%? Totalmente. ¿Alcanzarán las rentabilidades el 4%? Creemos que es poco probable.
Las rentabilidades de la deuda pública europea también han regresado a cuotas próximas a sus máximos de junio, lo cual las hacen parecer mucho más atractivas. ¿Podrían subir todavía más? Por supuesto que sí, pero no sugeriríamos adoptar un enfoque más bajista próximos a máximos históricos de las rentabilidades. Dicho esto, resulta prematuro creer que ha finalizado el mercado bajista de tipos. La situación de la inflación todavía no está bajo control. Que los datos de julio mostraran una ralentización no significa que esta vaya a continuar y, suponiendo que continúe, será a un ritmo decepcionante, lo cual mantendrá el enfoque restrictivo de los bancos centrales.
Los mercados de crédito también perdieron la fortaleza que presentaron de julio, prosiguiendo su patrón volátil de rendimientos. Ante el mal estado de los mercados europeos de la energía, nos preocupan más los emisores de Europa que sus homólogos estadounidenses, en especial, porque es probable que el BCE acometa tantas subidas del precio del dinero que la Reserva Federal, si no más, en lo que queda de año. Dicho esto, el crédito europeo con grado de inversión presenta precios más bajos, lo cual, al menos, compensa parte del riesgo adicional. Sin embargo, la probabilidad mucho mayor de recesión en Europa hace que el crédito europeo de alta rentabilidad y el crédito europeo titulizado sean menos atractivos que sus alternativas estadounidenses.
Después de todo, dadas la probabilidad de que se dé una recesión suave en los próximos 12 meses y la necesidad de unas condiciones financieras restrictivas, incluidos unos diferenciales de crédito por encima de la media, preferimos mantener un sesgo alcista hacia la calidad en el ámbito del crédito. Resulta complicado asistir a grandes alzas ante una ralentización de las economías, subidas de los tipos de interés y alternativas potencialmente más baratas como la renta variable. Nuestra estrategia preferente es vender al alza y comprar a la baja como ante los amplios niveles de junio.
Naturalmente, la esperada ralentización suave todavía es posible, en particular, en el caso de la economía estadounidense. Para que se produzca, el crecimiento se debe ralentizar y permanecer por debajo de la tendencia durante un periodo considerable. Los mercados de trabajo deben perder tensión, moderando el crecimiento de los salarios —aún no hay indicios en ese sentido—, las condiciones financieras deben seguir siendo restrictivas —así serán este mes— y la inflación debe caer considerablemente. Hay indicios de que se están dando estas condiciones. Si prosiguen los avances en estos frentes, los mercados podrían tornarse más optimistas en cuanto a tipos, diferenciales y renta variable. Dado que se trata de una posibilidad no trivial y que los mercados se han movido para asumir una actitud defensiva, no defendemos adoptar un posicionamiento en las carteras demasiado defensivo. Parece que sigue siendo apropiado asumir un volumen de riesgo inferior a la media, pero no es probable que tomemos medidas agresivas a partir de este momento, En particular, porque las alzas que se puedan producir a corto plazo suavizarán las condiciones financieras, a lo cual se podrían unir unas advertencias severas de los bancos centrales, ¡si no unas subidas hostiles de los tipos!
Tipos y monedas de mercados desarrollados
Análisis mensual
En agosto, se revirtió el descenso protagonizado en julio por los tipos de los mercados desarrollados: las rentabilidades subieron con fuerza en el transcurso del mes al dejar claro los bancos centrales que van en serio con abordar la inflación. Los niveles de los precios al consumo volvieron a ser elevados, pero parece que han tocado techo, al menos, en Estados Unidos; sin embargo, la situación global sigue siendo incierta porque la inflación podría depararnos nuevos máximos, en particular, en Europa, que continúa enfrentándose a una crisis energética. La mayoría de los datos y los indicadores económicos siguen mostrando una economía saludable, pero con signos de ralentización2.
Perspectiva
Pensamos que la evolución para los tipos que descuentan actualmente los mercados se aproxima a su valor razonable, en particular, tras las declaraciones de Powell. Dicho esto, creemos que los bancos centrales tendrán dificultades para rebajar la inflación efectivamente empleando sus herramientas y su estrategia actuales. Aunque el mercado ha revisado al alza sus valoraciones, seguimos percibiendo el riesgo de que los tipos a corto plazo tengan que subir aún más de lo que descuenta actualmente el mercado. Dado que la crisis energética empeora en Europa, la situación continúa siendo especialmente problemática. En general, que siga la volatilidad parece ser la perspectiva más certera en una situación cargada de incertidumbre.
Tipos y monedas de mercados emergentes
Análisis mensual
La buena marcha en el verano de la deuda de mercados emergentes se vio interrumpida por las declaraciones de los responsables de la Reserva Federal en el simposio económico anual de Jackson Hole hacia finales de mes. La diferenciación continuó siendo un tema dado que diversos perfiles de crecimiento e inflación parecen variar en gran medida de un país a otro. La rentabilidad de los tres índices principales de deuda de mercados emergentes fue heterogénea3.
Perspectiva
Persisten las presiones inflacionarias y las reacciones de los bancos centrales correspondientes tanto en los mercados emergentes como en los desarrollados serán factores importantes. En conjunto, la inflación de los mercados emergentes se moderó en agosto, lo cual es indicativo de que puede que ya haya alcanzado su punto máximo en algunos países y de que sus bancos centrales podrían plantearse ajustar su política monetaria en consecuencia. Asimismo, las presiones técnicas sobre los mercados de deuda de la esfera emergente pueden haber alcanzado un punto de inflexión dado que las salidas de fondos se han moderado en los últimos meses y determinados segmentos del mercado han registrado entradas. Será importante diferenciar entre países, créditos y divisas para obtener valor en esta clase de activos.
Crédito
Análisis mensual
En agosto, el crédito estadounidense con grado de inversión superó en rentabilidad a su homólogo europeo. Una característica destacada del mes fue que el crédito con una calificación de BBB rindiera mejor que los activos de crédito con una calificación de A. Consideramos que los factores que propiciaron esta evolución fueron el impacto de la oferta, que presentaba un sesgo hacia los bonos del sector financiero de mayor calidad, y la finalización del programa de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo (BCE)4.
El tono en el mercado de alta rentabilidad fue sólido en un primer momento en agosto. Por término medio, los beneficios que se publicaron superaron unas expectativas que eran moderadas y durante las primeras semanas de agosto prosiguió el alza de los flujos que se dirigieron hacia fondos de inversión estadounidenses de alta rentabilidad5. El tono terminó deteriorándose ante el aumento de la inquietud acerca de la política de la Reserva Federal. Al subir las rentabilidades del Tesoro y virar la percepción hacia el riesgo, el diferencial medio del mercado estadounidense de activos de alta rentabilidad subió de manera sostenida. Los impagos aumentaron en agosto. Los sectores que mejor rindieron en el mes fueron industria básica, energía y otros segmentos industriales6 .
Los bonos convertibles globales aguantaron relativamente bien durante los episodios de volatilidad de los mercados en agosto. A pesar de cerrar el mes en rojo, el índice Refinitiv Global Convertibles Focus superó significativamente en rentabilidad a los índices MSCI Global Equities y Bloomberg Global Credit7.
El mercado de préstamos corporativos preferentes con tipo variable se anotó otro mes de rendimiento positivo en agosto, una de las pocas clases de activos de los mercados de capitales que corrieron esa suerte8.
Perspectiva
La perspectiva de cara al futuro apenas cambia. Los diferenciales ofrecen valoraciones y carry atractivos que parecen no corresponderse con los fundamentales que vemos a escala de las compañías, basándonos en los resultados registrados hasta la fecha.
Mantenemos la cautela acerca del mercado estadounidense de alta rentabilidad de cara a septiembre. La volatilidad regresó en agosto y auguramos que permanecerá alta a corto plazo. La liquidez y las condiciones financieras se están endureciendo, la confianza del consumidor en Estados Unidos se encuentra próxima a su mínimo histórico y puede que la solidez de los fundamentales corporativos haya alcanzado su cota más alta. Por otra parte, el riesgo geopolítico sigue siendo alto. Las valoraciones de finales de agosto parecen, en cierto modo, atractivas desde una perspectiva a largo plazo, pero el riesgo a corto parece escorado a la baja a la luz de los citados factores catalizadores y el sentido general de aversión al riesgo.
Seguimos confiando en las perspectivas para el mercado de préstamos y consideramos que esta clase de activos se encuentra bien posicionada de cara a los cuatro últimos meses del año. A pesar de nuestra convicción actual, la perspectiva se ve ciertamente empañada por un número creciente de interrogantes con respecto a hace uno o dos trimestres.
Productos titulizados
Análisis mensual
Agosto asistió prácticamente a una reversión de julio: los tipos de interés subieron con fuerza, los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se ampliaron y los diferenciales del crédito titulizado se estrecharon. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se ampliaron en agosto por encima de los bonos del Tesoro estadounidense con una duración análoga. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales estadounidenses no de agencia se estrecharon considerablemente en agosto al descender con fuerza las emisiones nuevas y la oferta en el mercado secundario. Los diferenciales de los bonos estadounidenses de titulización de activos también se estrecharon en agosto y en las nuevas emisiones, por lo general, la demanda fue superior a la oferta. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles comerciales de Estados Unidos también se estrecharon en agosto, pero los activos con una calificación de AAA registraron una rentabilidad superior a la de sus homólogos con calificaciones menores: las condiciones del crédito fundamental siguen siendo complejas en numerosos mercados de inmuebles comerciales. Los mercados europeos de activos titulizados siguen sometidos a presiones y los diferenciales de los activos titulizados europeos en general no variaron en agosto9.
Perspectivas de futuro
Nuestra perspectiva de crédito fundamental sigue siendo positiva y consideramos que los diferenciales de crédito ofrecen en este momento primas de riesgo atractivas. Los diferenciales de crédito de numerosos sectores de activos titulizados siguen en niveles que se vieron por última vez en la peor época de la pandemia, si bien las condiciones de crédito parecen hoy por hoy sustancialmente mejores que en dicho periodo.