Perspectivas
Motivos para preocuparse (o no preocuparse)
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Global Fixed Income Bulletin
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abril 10, 2023
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abril 10, 2023
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Motivos para preocuparse (o no preocuparse) |
Los acontecimientos de marzo y su potencial impacto "aturdieron y confundieron" a los inversores. Las preocupaciones por un crecimiento demasiado sólido se convirtieron en dudas acerca de un crecimiento débil. A comienzos del mes, tras una serie de datos económicos de Estados Unidos más robustos de lo esperado, se evidenció que la Reserva Federal avanzaba hacia un mayor endurecimiento de su política monetaria, que no al contrario, a diferencia de la decisión de otros bancos centrales de detener sus ciclos de subida de tipos. Sin embargo, justo después de que los mercados hubieran ajustado al alza las tires del Tesoro estadounidense tras la comparecencia del presidente Powell en el Congreso, se produjeron graves problemas en el sector bancario al quebrar diversas entidades regionales estadounidenses y producirse la absorción de Credit Suisse. Esta evolución provocó que las tires estadounidenses cayeran. Entre el 8 de marzo y el 13 de marzo, la tir del bono a 2 años del Tesoro estadounidense cayó del 5,07% al 3,99%, lo que supone una caída de 108 puntos básicos en tres jornadas, algo sin precedentes más allá de ciclos de moderación de la política económica y crisis financieras. La inquietud por la posibilidad de que la economía estadounidense no se ralentice, expresión derivada de la "ralentización suave" anterior, dio paso a temores por la posibilidad de un frenazo en seco. Las expectativas de consenso prevén en este momento que no se producirá crecimiento económico en Estados Unidos en lo que resta de año. En lugar de inquietarse por un Fed fund rate del 6% en una situación de ausencia de ralentización, el mercado pasó a preocuparse por un Fed funds rate del 3%.
Las turbulencias del sector bancario causaron una volatilidad del mercado significativa en marzo, afectando a múltiples sectores, pero, principalmente, a la deuda pública. Los tipos de los mercados desarrollados asistieron a niveles históricos de cambios en los precios tras la retórica restrictiva de la Reserva Federal a principios de mes, con unas tires que en primer momento subieron y la intensificación sin precedentes de la inversión de la curva de tires. Las tires de otros países siguieron la misma estela. La mayor inversión de las curvas de tires se había deshecho por completo al comenzar las turbulencias del sector bancario, al buscar los inversores refugios seguros en la deuda pública estadounidense y otros bonos soberanos.
Durante este tumultuoso periodo, los datos económicos clave fueron heterogéneos. Un dato sobre el índice de precios al consumo, ligeramente más sólido de lo previsto, mostró que la inflación sigue persistiendo, apuntalada por un gasto en el sector de servicios que continúa siendo robusto. Los bancos centrales de las economías desarrolladas en gran medida mantuvieron su compromiso con las alzas de los tipos. Destacó la suavización de las orientaciones sobre alzas de los tipos en el futuro dada la incertidumbre en torno a las consecuencias de la tensión en el sector bancario.
Por su parte, los mercados emergentes aguantaron relativamente bien, con rendimientos sólidos de los activos locales de esos mercados. Numerosas monedas de la esfera emergente, en particular, de América Latina, se fortalecieron durante el periodo al aumentar los temores de una ralentización más pronunciada de la economía estadounidense, si no de una recesión.
Los mercados de crédito no tuvieron tanta suerte y experimentaron mayores niveles de volatilidad tras la crisis de los bancos regionales, al exigir los mercados una prima de riesgo más alta. Afortunadamente, los mercados de crédito se estabilizaron al no producirse más acontecimientos que sugirieran una volatilidad generalizada en el sector bancario.
Aunque los mercados desarrollados registraron una volatilidad de los precios históricamente elevada, la esfera emergente aguantó bien. Los mercados de activos high yield estadounidense y global registraron un alza de la volatilidad, pero con escasos daños duraderos, mientras que los diferenciales de los activos investment grade de la zona euro quedaron a la zaga frente a los diferenciales de sus homólogos de Estados Unidos. El mercado de crédito titulizado también asistió a una ampliación de los diferenciales. A pesar de las dificultades, los bancos centrales en gran medida siguieron comprometidos con las subidas de los tipos y el mercado ganó confianza al descender el riesgo de una crisis bancaria generalizada.
Perspectivas para la renta fija
En vista del ajuste de la deuda pública y el aumento de riesgo de recesión en marzo, la ampliación de los diferenciales fue sorprendentemente moderada. Además, la evolución de los precios de comienzos de abril empujó los diferenciales de crédito de nuevo hacia sus niveles anteriores a las turbulencias del sector bancario. Entonces, ¿se ha exagerado la magnitud de la situación? ¿Ha sido una falsa alarma? ¿Nos encontramos ante algo más siniestro? Sea la que fuere la respuesta correcta, las repercusiones serán enormes.