Perspectivas
Toda la atención en el paquete de estímulos de Biden
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Market Pulse
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enero 19, 2021
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Toda la atención en el paquete de estímulos de Biden |
Hola a todos, soy Jim Caron, gestor del equipo Global Fixed Income. Esta semana, me gustaría hablarles de política fiscal.
La política fiscal es la que, en este momento, determina los estímulos y centra la atención. La pasada semana, el presidente electo Biden anunció su paquete de estímulos, valorado en 1,9 billones de dólares. Es importante que veamos esta cifra como un titular. ¿Serán 1,9 billones de dólares? Probablemente, no. Numerosas estimaciones rebajan la cifra entorno a los 1,1 billones de dólares, quizá al billón o puede que algo más.
No obstante, se trata de una cifra superior a lo que la mayor parte del mercado pensaba hace tan solo un par de semanas. Así pues, la consecuencia inevitable es que muchos hayan elevado sus previsiones de PIB en torno a un punto porcentual. Si bien la previsión de consenso sobre crecimiento del PIB en 2021 era aproximadamente del 4%, esa cifra hoy ronda el 5% o cotas ligeramente mayores. Numerosos analistas apuntan a un crecimiento del 6% e incluso sugieren que podría haber margen para que fuera mayor.
Tenemos las vacunas, tenemos el virus, elementos que tendrán peso en el primer trimestre. Sin embargo, el crecimiento en el segundo trimestre podría ser de hasta el 9%, y ahí radica la clave. Si arrancan los estímulos y el programa de protección de nóminas —los cheques de 2.000 dólares que se están debatiendo—, nos veremos en la misma situación que la última vez: la tasa de ahorro se disparará. El nivel de ahorro podría llegar hasta el 18% o el 20%, cotas realmente elevadas. Los ciudadanos también se gastan ese dinero y pagan sus facturas, lo cual es positivo para la calidad crediticia. Se trata de un aspecto favorable para los bonos de titulización de activos, los bonos de titulización de activos de consumo, las hipotecas, los préstamos para vehículos... todos estos diversos instrumentos con intereses a tipo fijo se ven beneficiados.
Por tanto, si bien no creemos que llegue a aprobarse la cifra general de 1,9 billones de dólares, sí creemos que se alcance una parte de esa cifra. Como ya he dicho en ocasiones anteriores, no se trata del tamaño nominal de los paquetes de estímulos; lo importante es el multiplicador fiscal: ¿cuánto de ese paquete de estímulos se traduce realmente en crecimiento del PIB?
¿El paquete fiscal versa más sobre gasto o tiene que ver más con inversión? Creemos que, si el paquete recaba apoyo de los dos partidos y estos se implican, podría tratarse más de un paquete de inversiones que de un paquete de gasto. Numerosos economistas elevan los multiplicadores fiscales por encima de los niveles habituales, de 0,4 o 0,5. Esto significa que, por un billón de dólares de estímulos, podrían lograrse 500.000 millones de dólares de PIB. Esta es la clave en que debemos centrarnos.
La siguiente pregunta es: ¿por qué necesitamos realmente todos estos estímulos? Ya he hablado de esto anteriormente. La brecha de producto, que es la medida del crecimiento frente a su potencial, se encuentra muy por debajo del crecimiento potencial, por lo que dicha brecha es significativa.
Janet Yellen probablemente sea nombrada secretaria del Tesoro. Trabajará codo con codo con la Reserva Federal y destaca su inclinación por el despliegue de más estímulos. La razón es que se debe estrechar la brecha de producto lo máximo posible. La Oficina de Presupuesto del Congreso anunció recientemente datos a este respecto e indicó que la brecha de producto alcanza el 6,4%, lo que significa que nos estamos desviando en un 6,4% del PIB tendencial con motivo de la evolución en 2020. Se trata de una brecha enorme.
Se debe cerrar y se debe conseguir muy rápidamente. De lo contrario, seguirán acumulándose excesos, el desempleo subirá y la economía comenzará a ralentizarse de manera significativa y después será mucho más difícil que prospere cualquier estímulo real, sea cual fuere su medida real.
Cerrar esta brecha de producto no se logrará solo en 2021. También se necesitan estímulos adecuados que se prolonguen durante 2022 para lograrlo. Esta es la razón del entusiasmo de Janet Yellen y Jerome Powell de la Reserva Federal acerca de los estímulos y de que urja la llegada de estímulos cuantiosos. Yo creo que el presidente electo, Biden, va en la misma línea.
La siguiente pregunta es: ¿cómo pagamos los estímulos? Hay tres maneras habituales: subir los impuestos sobre la renta, elevar el tipo del impuesto sobre sociedades y quizá incrementar los impuestos sobre las plusvalías. Las tres opciones son dolorosas, pero debemos reconocer que probablemente haya alguna contrapartida para parte del gasto. En otras palabras: no todo el gasto será vía déficit. No todo el billón de dólares del plan de Joe Biden, de aprobarse, incrementará el déficit. Probablemente, se pague subiendo algunos de estos impuestos.
Estas subidas ralentizarían la economía en cierta medida. Se trata de alzas fiscales que merman la renta disponible, lo cual podría ralentizar la recuperación. Sin embargo, pensamos que el efecto neto —atendiendo a las dimensiones de los estímulos frente a la magnitud de la posible subida de impuestos— es positivo. Y creo que es, en eso, en lo que debemos centrarnos de cara al futuro.
Esta cuestión será objeto de acalorados debates en los próximos meses, así que no le voy a hacer justicia en esta breve intervención. Este será el debate. Numerosos economistas consideran que en torno a un billón de dólares será suficiente y que quizás haya otro paquete de estímulos fiscales para infraestructuras más avanzado este año. Todas estas cuestiones se están descontando, una de las razones por las que todavía se prevé un crecimiento muy sólido del PIB para 2021 e incluso durante 2022.
Estos son algunos de los puntos clave que quería abordar. Estamos en un momento en que los estímulos fiscales van a centrar la atención y la política fiscal será el gran motor al respecto.
En cuanto a la política monetaria: los tipos de interés ya están en cero. Lo único que puede hacer la Reserva Federal es seguir manteniendo los tipos de interés bajos. De ese modo, el coste de la financiación seguirá siendo bajo. Están los estímulos procíclicos. Tenemos también estímulos fiscales y monetarios en un entorno en el que se espera que el crecimiento realmente se dispare. Podría ser un entorno muy positivo para los activos financieros, aunque probablemente nos encontraremos con obstáculos según avancen las negociaciones al respecto.
Nada más. Espero que todos estén bien. La semana que viene volveremos con más temas. Muchas gracias.
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Managing Director
Global Fixed Income Team
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