Perspectivas
Miedo y esperanza Soft vs Hard Landings
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Global Fixed Income Bulletin
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junio 21, 2022
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Miedo y esperanza Soft vs Hard Landings |
Los mercados siguen sufriendo por los altos niveles de volatilidad impulsados por los temores de recesión e inflación. Esta montaña rusa resultó en un comportamiento muy diverso de los mercados financieros. En Estados Unidos, el mes comenzó donde terminó abril: tires más altas, diferenciales de crédito más amplios y una renta variable debilitada, pues aumentaron los temores al endurecimiento de la política de la Reserva Federal a causa de la elevada inflación. Sin embargo, para mediados de mes, aumentaron los temores a una ralentización (es decir, las sorpresas en cuanto a crecimiento se volvieron negativas), lo cual redujo las tires a lo largo de la curva de los bonos del Tesoro estadounidense, minoró las expectativas de subida de los tipos en unos 25 puntos básicos (pb) y contribuyó al repunte de la renta variable. Para finales de mayo, la tir del bono a 10 años del Tesoro estadounidense habían caído unos 9 pb y el índice S&P 500 de renta variable apenas varió, tras corregir casi un 6% a mediados de mes. Ante la perspectiva de una Reserva Federal más moderada por los temores en torno al crecimiento, la curva de tipos de Estados Unidos se empinó.
La evolución de los precios en los mercados de bonos del resto del mundo no fue tan favorable. Las tires en Europa subieron significativamente; con la tir del bono alemán a 10 años aumentando 18 pb. Hay que destacar que, en los países en los que el carácter restrictivo de la política monetaria se debilitó en cierta medida, los mercados de renta fija evolucionaron adecuadamente; sin embargo, en los países en que dicho carácter restrictivo de los bancos centrales se mantuvo o se intensificó, las tires de los bonos continuaron subiendo a lo largo del mes.
Los datos de inflación siguen mostrando escasos signos de ralentización que sean suficientes como para que los bancos centrales suavicen los planes restrictivos de sus políticas. La Reserva Federal sigue hablando de normalizar los tipos "con celeridad", mientras que, por ejemplo, los responsables del Banco Central Europeo (BCE) continúan insistiendo en la necesidad de dejar atrás rápidamente la política de tipos de interés negativos. Así pues, mayo fue un mes inusual en cuanto a que las expectativas de tipos en Estados Unidos se moderaron (al eliminar una subida prevista de los tipos) frente a las correspondientes al resto del mundo. El Banco de Canadá fue especialmente contundente en sus observaciones sobre la necesidad de hacer "lo que sea necesario" para lograr que la inflación baje más pronto que tarde.
Nota: rentabilidad en USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de mayo de 2022. Los índices se facilitan con fines meramente ilustrativos y no es su objetivo describir la rentabilidad de una inversión concreta. La rentabilidad pasada no es garantía de resultados futuros. Consulte a continuación las definiciones de los índices.
Las percepciones de que la inflación había tocado techo, de que las economías se estaban ralentizando y de que era improbable que la Reserva Federal subiera los tipos más de lo que descontaban las curvas de tipos brindaron un impulso a los mercados, en especial, una vez las tires del Tesoro estadounidense superaron el 5 de mayo el 3%, nivel que se percibe como demasiado elevado (para la salud de la economía). La subida a mediados de mayo de las tires estadounidenses fue en cierta medida anómala, lo cual sugiere que es improbable que continúe. Durante el mes, los tipos reales subieron al descender los tipos nominales, lo cual implicó un descenso en las expectativas de inflación. Los tipos nominales y reales suelen guardar una correlación altamente positiva. Resulta además contradictorio, dada la presión al alza registrada en los precios de las materias primas (en especial, el petróleo y los alimentos), pensar que las expectativas de inflación deberían mejorar significativamente. Así pues, no nos sorprendió que la evolución de los valores del Tesoro estadounidense a 10 años se quedara sin fuelle en torno al nivel del 2,75%.
Estas valoraciones relativas de los bancos centrales impulsaron la rentabilidad de la renta fija. Los valores del Tesoro estadounidense y los bonos denominados en dólares estadounidenses lograron obtener rentabilidades positivas en el mes, mientras que, en general, las rentabilidades de la renta fija fueron negativas fuera de Estados Unidos. El crédito high yield continuó registrando ventas masivas, sin beneficiarse tanto de la moderación del carácter restrictivo de la Reserva Federal. En efecto, si bien prever tipos cortos más bajos resulta positivo para los bonos, unos tipos reales más altos y una inflación más baja no son aspectos positivos para los emisores de menor calidad. El crédito denominado en euros (tanto investment grade como high yield) registró una rentabilidad muy deficiente ante el aumento del carácter restrictivo del BCE, el aumento de las tires y los mediocres datos de inflación.
Nota: una variación positiva indica apreciación de la moneda con respecto al USD. Fuente: Bloomberg. Datos a 31 de mayo de 2022.
Las rentabilidades de la deuda de mercados emergentes fueron muy diversas en mayo. Los mercados exteriores registraron rentabilidades relativas negativas, pues los diferenciales no se recuperaron tan bien como los mercados de crédito. Sin embargo, los mercados locales evolucionaron adecuadamente, obteniendo una de las mejores rentabilidades de las diferentes clases de activos, pues las monedas de mercados emergentes se fortalecieron en vista del optimismo al descontarse que los fed fund rates habían alcanzado su máximo. Otro factor diferenciador clave han sido las condiciones exteriores: los exportadores de materias primas en general se han beneficiado de los elevados precios de los materiales básicos —y de su incremento—, mientras que los importadores de materias primas están sufriendo unos peores balances de comercio.
Fuente: Bloomberg, JPMorgan. Datos a 31 de mayo de 2022.
Desafortunadamente, es poco probable que desaparezca la volatilidad. Aunque puede que haya quedado atrás la mayor parte de la evolución bajista de los tipos, la presión al alza derivada de la alta inflación (incluso si baja) y las subidas de tipos mantendrán elevadas las tires de los bonos. Es muy probable que los bancos centrales materialicen lo que ya descuentan las curvas de tipos. El presidente Powell ha reiterado en múltiples ocasiones la necesidad de "normalizar" los tipos "con celeridad". Entendemos que eso implica mover los fed fund rates a un mínimo del 2,5% este año, con riesgos al alza. Una vez que el banco central estadounidense sitúe los tipos entre el 2,5% y el 2,75%, es probable que el ritmo de subida se ralentice, pero que continúe. La medida de tal evolución más allá de lo que se considera "normal" dependerá en gran medida de los datos que se vayan conociendo, es decir, cómo marcha la economía a finales de verano y comienzos del otoño. Si el crecimiento sigue ralentizándose, es probable que los mercados de trabajo se relajen, lo cual suavizará el crecimiento de los salarios. Lo más importante es que, si la inflación evoluciona a la baja, la Reserva Federal podrá ralentizar el endurecimiento de su política, protegiendo el crecimiento económico. Sin embargo, no está para nada claro si se darán estas condiciones. De esta forma, el motivo de inquietud sigue siendo que la probabilidad de que la Reserva Federal eleve su previsión para el tipo terminal en la reunión de junio del Federal Open Market Committee (FOMC) es notable, lo cual podría influenciar fácilmente los mercados.
Los bancos centrales en general mantienen su tono restrictivo, incluso los de aquellos países que ya han experimentado subidas significativas de los tipos. Se esperaba que el banco central de Nueva Zelanda, uno de los primeros en subir los tipos de interés el pasado año, anunciara una ralentización o el final de su ciclo de subidas. Sin embargo, redobló los aumentos, afirmando que pasarse, en términos de subidas de los tipos, resultaba menos arriesgado que quedarse corto. En el BCE parece estar instalándose mayoritariamente un sentir similar y se considera que la inflación ha continuado sorprendiendo al alza y el crecimiento económico NO se ha visto tan afectado como se esperaba antes de la invasión rusa de Ucrania. Es de esperar que los bancos centrales se pronuncien y actúen con un carácter más restrictivo.
Los bancos centrales no actúan sin motivo. Los datos correspondientes a mayo sobre la confianza de las empresas, los mercados de trabajo y consumo fueron resilientes. Efectivamente, en algunos casos, como el que indican los datos del Institute for Supply Management (ISM) de Estados Unidos, los resultados fueron más débiles de lo previsto, pero permanecen en niveles sólidos y pensamos que es probable que se mantengan robustos dado que la solidez de los mercados de trabajo, la fuerte generación de rentas, los saneados balances y la alta tasa de ahorro mantienen en cotas altas el gasto en el sector de servicios. Resulta difícil ver caídas significativas de la inflación con fundamentales económicos tan sólidos. Si bien los sectores dedicados a la producción de bienes han tocado máximos en términos de crecimiento, los servicios todavía presentan potencial alcista. Mantenemos la cautela más por la inflación que por una posible recesión.
El final en China de las restricciones decretadas por la COVID-19 (al menos, por ahora) también debería ser positivo para la economía global, con unos efectos de la demanda que pesen más que las mejoras por el lado de la oferta. De ser así, esta será otra razón para esperar que los precios de las materias primas permanezcan firmes, lo cual agravará la dificultad para que los bancos centrales reduzcan la inflación, en especial, con unos fundamentales de los hogares y las compañías tan sólidos.
La perspectiva para el crédito es heterogénea. La premisa es sencilla: un hard landing es negativo; un soft landing es positivo. Mientras esperamos para descubrir cuál termina imponiéndose, es de esperar que los diferenciales se mantengan en sus horquillas recientes (+120 pb – 150 pb sobre el índice de activos estadounidenses investment grade, ligeramente por encima en el caso del high yield, +350 pb – 550 pb). Es probable que la volatilidad entre compañías y sectores siga siendo alta a medida que las compañías se enfrenten a una inflación alta y dificultades de suministro e insumos —por no hablar de la disrupción actual a la que se enfrentan las compañías—. La reciente ampliación de los diferenciales de abril-mayo llevó los diferenciales a territorio propio de una recesión (+150 pb). Estos niveles resultaron ser demasiado elevados en vista de la persistente resiliencia económica y el aumento de las tires absolutas. Por otra parte, es improbable que los resultados de las compañías mejoren significativamente, lo cual deja los diferenciales de los activos investment grade atascados entre el punto en que comenzaron el año y los máximos de mayo. Nos seguimos decantando por el crédito por su carry y percibimos oportunidades en situaciones idiosincráticas por las que algunas compañías fueron indebidamente castigadas en las ventas masivas de abril-mayo.
La evolución de los mercados emergentes tomó una dirección doble en mayo: la deuda local obtuvo rentabilidades relativas positivas, mientras que la deuda externa quedó notablemente a la zaga. La rentabilidad de la deuda local se vio impulsada por la sólida evolución de las divisas de la esfera emergente. La deuda externa de mercados emergentes con menores calificaciones crediticias sigue enfrentándose a las dificultades que supone la elevada inflación de la energía y los alimentos, lo cual está pesando sobre los saldos presupuestarios y el crecimiento económico. Dado que numerosas economías fronterizas se encuentran al borde de la reestructuración, el riesgo persiste en ellas también. Los países a los que favorecen unos precios elevados del petróleo y los alimentos rindieron adecuadamente. Serán vitales los análisis por países para descubrir valor, pues prevemos que los mercados harán hincapié en la diferenciación entre países y créditos. Es probable que los mercados emergentes se enfrenten a dificultades mientras los bancos centrales de la esfera desarrollada sigan su trayectoria actual de endurecimiento y la inflación siga siendo alta. La deuda externa de los mercados emergentes ofrece un atractivo razonable, pero carece de un catalizador que desencadene un alza.
ANÁLISIS MENSUAL
En general, la variación de los tipos de los mercados desarrollados fue heterogénea por la diferente evolución por países. La política de los bancos centrales y las indicaciones de sus responsables determinaron en buena medida la evolución mensual: el enfoque más moderado de la Reserva Federal se tradujo en un descenso de la mayor parte de los tipos de Estados Unidos, mientras que el sorprendente enfoque restrictivo del BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco de la Reserva de Australia se tradujo en subidas en otras áreas. Los mercados comenzaron a descontar una mayor inquietud en relación con el crecimiento y la posibilidad de que se produzca una recesión, lo cual llevó a los activos de riesgo a registrar oleadas de ventas y ocasionar una correlación negativa más típica entre ellos y la deuda pública estadounidense, atractiva como refugio seguro1.
PERSPECTIVA
Los bancos centrales todavía se ven obligados a enfrentarse a una situación complicada para lograr soft landing que modere la inflación sin sumir la economía en recesión. Aunque el ligero descenso del índice de precios al consumo (IPC) estadounidense podría indicar que la economía ya ha dejado atrás el punto más alto, la clave es durante cuánto tiempo persistirá la inflación y lo elevada que será.
ANÁLISIS MENSUAL
Los segmentos de deuda de mercados emergentes trazaron una evolución heterogénea en mayo; el índice local logró rentabilidades positivas principalmente por la fortaleza de las divisas, mientras que los diferenciales medios sobre los índices de moneda dura —tanto de deuda soberana como de crédito— se ampliaron, lo cual llevó a una rentabilidad silenciada. Continuaron las salidas de fondos de esta clase de activos en general y en los diferentes fondos en moneda local y dura2.
PERSPECTIVA
Las valoraciones parecen estar compensando a los inversores adecuadamente en estos niveles, mientras continúa habiendo áreas de oportunidad. Es probable que continúen las presiones inflacionarias tanto para los mercados desarrollados como para los emergentes a corto plazo al permanecer elevados los precios de la energía y los alimentos. Así pues, el endurecimiento de la política de la Reserva Federal es un notable motivo de inquietud, pero los mercados parecen estar descontando ese riesgo de manera adecuada. Será crítico llevar a cabo análisis por países para descubrir áreas de oportunidad en este universo.
ANÁLISIS MENSUAL
Durante buena parte del mes, la persistente inquietud en torno a los efectos para consumidores y empresas de la inflación, los tipos de interés y el descenso de la liquidez pesaron sobre la percepción de riesgo3.
De esta forma, los sectores de crédito registraron rentabilidades negativas. Los diferenciales del crédito investment grade se ampliaron ligeramente en mayo y Europa obtuvo una rentabilidad muy por debajo de Estados Unidos. El mercado high yield experimentó una debilidad pronunciada en mayo en conjunto antes de subir con fuerza en los últimos días del mes. Los convertibles globales volvieron a caer en mayo también, por debajo tanto de la renta variable como de los bonos4.
El mercado de préstamos corporativos preferentes también se hundió en mayo5.
PERSPECTIVA
De cara al futuro, creemos que los diferenciales se mantendrán en rango. Los mercados están respaldados por valoraciones más atractivas y sólidos resultados de las compañías, pero están restringidos por la incertidumbre macroeconómica y los débiles indicadores técnicos por la falta de demanda, mientras que la volatilidad del mercado sigue siendo alta.
Nos mostramos cautos en torno al mercado high yield. Este mercado ha experimentado importantes fases de volatilidad este año y hay pocos indicios que sugieran que el entorno para los activos high yield vaya a tornarse sustancialmente más favorable a corto plazo. Si bien seguimos teniendo convicción acerca de la buena salud del mercado de préstamos, la situación geopolítica en Europa enturbia la perspectiva.
ANÁLISIS MENSUAL
Los temores a una recesión llevaron a los diferenciales del crédito titulizado a seguir ampliándose en mayo, mientras que los correspondientes a los bonos de titulización hipotecaria de agencia garantizados se estrecharon. Los bonos de titulización hipotecaria de agencia volvieron a repuntar y superaron en rentabilidad a los activos de crédito y la deuda pública de Estados Unidos en mayo. Sin embargo, los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria de agencia se encuentran todavía en niveles sustancialmente más altos que sus niveles previos al inicio de la pandemia dado que el mercado descuenta el final del quantitative easing y quizá el inicio del quantitative tightening. Los diferenciales de los bonos de titulización hipotecaria sobre inmuebles residenciales de no agencia estadounidenses continuaron ampliándose en prácticamente todos los sectores residenciales durante el mes. Los diferenciales de los bonos de titulización de activos estadounidenses también se ampliaron en mayo, pero la evolución de los fundamentales del crédito sigue siendo sólida6.
PERSPECTIVA
Creemos que el mercado de titulizaciones todavía ofrece una combinación única de baja duración, tires atractivas y sólidos fundamentales de crédito. Mantenemos el optimismo acerca del crédito titulizado y creemos que la selección de sectores y valores ganará importancia en los próximos años si la economía se modera. Seguimos siendo cautos con respecto a los bonos de titulización hipotecaria de agencia y el riesgo ligado a los tipos de interés.