Perspectivas
Access Active
|
Global Equity Observer
|
• |
septiembre 27, 2022
|
septiembre 27, 2022
|
Access Active |
La caída de los mercados, el aumento de los tipos y de la inflación, la pandemia, las guerras, la desglobalización, la sequía, la crisis energética, la áspera situación política y el menor optimismo regulatorio hacen que nuestro equipo confíe en las ventajas de nuestro enfoque de selección de acciones bottom-up.
Esto permite mantener la cabeza fría y mantener un rumbo claro en un entorno que, por lo demás, no deja de calentarse. El final del verano en el hemisferio norte también presagia la vuelta a la actividad en septiembre, por lo que parece un buen momento para revisar nuestra interpretación y lo atractivo de invertir de una forma realmente activa.
Qué significa para nosotros la gestión activa
La alta calidad está, por naturaleza, menos expuesta a posibles acontecimientos adversos. No podemos influir en el entorno macroeconómico, político o regulatorio, ni siquiera predecirlo, pero sí podemos aspirar a velar por que los valores que mantenemos sean los más sólidos que podamos encontrar y que las compañías que seleccionamos cuenten con equipos de dirección que más probablemente prevean, mitiguen y gestionen con resiliencia en periodos de adversidad. Empleamos gestores de carteras activos que poseen acciones para el largo plazo, en lugar de arrendarlas, para filtrar datos y el ruido a corto plazo, con el fin de lograr impulsores de la rentabilidad relevantes y sustanciales a largo plazo.
Por su parte, los reguladores también se están volviendo activos, lo cual planteará nuevos obstáculos a las compañías. Por más que los gobiernos de todo el mundo analicen el impacto de los cambios de la última década —de carácter tecnológico, social y medioambiental—, la amenaza de la regulación ha crecido. Más allá de esto, consideramos que los mercados todavía no reflejan por completo el conjunto de cuestiones que complicarán la situación actual de las compañías a partir de este momento y la posibilidad de que, más a largo plazo, todas las empresas se enfrenten a unos costes estructurales mayores que bien podrían pesar sobre sus beneficios. Así pues, como llevamos indicando algún tiempo, es posible que la resiliencia de los beneficios y la capacidad de fijación de precios pasen a ser activos cada vez más importantes. Con el sesgo principal de nuestras carteras hacia sectores defensivos de calidad, nos reconforta de cierta manera de cara al futuro la posibilidad de que los beneficios de las carteras aguanten mejor que el conjunto del mercado y que los inversores que escojan un enfoque activo resulten haber acertado.
![]() |
Managing Director
International Equity Team
|
![]() |
COO and Head of Client Experience, International Equity
|
Consideraciones sobre riesgos
No existe garantía de que una cartera vaya a alcanzar su objetivo de inversión. Las carteras están sujetas al riesgo de mercado, que es la posibilidad de que bajen los valores de mercado de los títulos que posee la cartera. Los valores de mercado pueden cambiar a diario por acontecimientos económicos y de otro tipo (por ejemplo, catástrofes naturales, crisis sanitarias, atentados terroristas, conflictos y disturbios) que afecten a mercados, países, compañías o gobiernos. Resulta difícil predecir el momento en que se producirán tales acontecimientos, así como su duración y sus posibles efectos adversos (por ejemplo, para la liquidez de las carteras). En consecuencia, su inversión en esta estrategia podrá comportar pérdidas. Tenga en cuenta que esta estrategia puede estar sujeta a determinados riesgos adicionales. Los cambios en la economía mundial, el consumo, la competencia, la evolución demográfica y las preferencias de los consumidores, la regulación pública y las condiciones económicas podrían afectar negativamente a compañías con negocios globales y tener un impacto desfavorable en la estrategia en mayor medida que si los activos de esta estuvieran invertidos en una variedad más amplia de compañías. En general, los valores de los títulos de renta variable también fluctúan en respuesta a actividades propias de una compañía. Las inversiones en mercados extranjeros comportan riesgos específicos como, por ejemplo, de divisa, políticos, económicos y de mercado. Las acciones de compañías de pequeña y mediana capitalización entrañan riesgos específicos, como una limitación de líneas de productos, mercados y recursos financieros y una volatilidad de mercado mayor que los títulos de compañías más grandes y consolidadas. Los riesgos de invertir en países de mercados emergentes son mayores que los riesgos asociados a inversiones en mercados desarrollados extranjeros. Los instrumentos derivados pueden incrementar las pérdidas de forma desproporcionada y tener un impacto significativo en la rentabilidad. También pueden estar sujetos a riesgos de contraparte, liquidez, valoración, correlación y de mercado. Los títulos ilíquidos pueden ser más difíciles de vender y de valorar que los que cotizan en mercados organizados (riesgo de liquidez). Las carteras no diversificadas a menudo invierten en un número más reducido de emisores. En consecuencia, los cambios en la situación financiera o el valor de mercado de un solo emisor pueden causar una mayor volatilidad. Las estrategias ESG que incorporan inversión de impacto y/o factores medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) podrían provocar que la rentabilidad relativa de la inversión se desvíe de otras estrategias o índices de referencia generales del mercado, en función de que los sectores o las inversiones de que se trate gocen o no del favor del mercado. Por tanto, no se garantiza que las estrategias ESG vayan a traducirse en rentabilidades de inversión más favorables.